Boston, Massachusetts. Construir una empresa no es tarea fácil. No suele haber directrices claras, así que cuando te encuentras en una encrucijada, analizar el problema desde otra perspectiva sirve de ayuda. Y qué lugar mejor para ello que el célebre Massachusetts Institute of Technology de Boston, donde se ha hecho y se sigue haciendo tanta historia. Nuestra empresa ha tenido la suerte de ser seleccionada como una de las ganadoras del Programa de Aceleración del MIT Enterprise Forum CEE, así que aquí estamos, aprendiendo de los mejores en la meca de la tecnología moderna.
Intel, Boeing, Hewlett Packard, Dropbox, Qualcomm y Koch Industries son solo algunas de las marcas que salieron de la comunidad tecnológica local. Es curioso que una ciudad más bien pequeña como Boston, cuya población no llega a los 700 000 habitantes, haya dado lugar a tantos descubrimientos, encendiendo la chispa del avance tecnológico en un espectro tan amplio de industrias. Ya sea en la industria aeroespacial, la biotecnología o cualquier cosa que ocurra en internet –cuyo primer concepto fue una «red intergaláctica» de ordenadores ideada por J.C.R. Licklider en el MIT, dónde si no–, puedes encontrarte con una historia de éxito destacable estrechamente vinculada a Boston.
Entonces, ¿cuáles son los ingredientes secretos de la exuberancia de conocimiento, técnica y riqueza que surge de esta modesta tierra? Principalmente, la impresionante sed de conocimiento, una comunidad tecnológica sólida y el espíritu de superación por muy desalentadores que sean los retos. Resumiendo, todo se debe a la gente, a personas motivadas, inteligentes y apasionadas por lo suyo. La presencia cercana de dos de las mayores potencias académicas mundiales –Harvard y MIT– tampoco es que perjudique.
Dicho sea de paso, estuvimos acompañados por un grupo de compañeros innovadores y emprendedores del programa de aceleración organizado por la sección polaca del MIT Enterprise Forum. En Polonia, nos pasamos 5 meses aprendiendo a desarrollar nuestros negocios en un curso básico intensivo de iniciativa empresarial repleto de talleres, clases y numerosas conversaciones amenas. Fue la oportunidad perfecta para observar este reto empresarial desde el punto de vista de otros compañeros, quienes también se enfrentaron a las labores de creación y desarrollo de productos, marketing, ventas, finanzas, contratación y derecho, así como a diversos problemas cotidianos relacionados con la expansión y el mantenimiento de un negocio.
Hemos obtenido una nueva perspectiva sobre las reglas –o más bien las mejores prácticas– que permiten desarrollar una empresa líder mundial con la ayuda de nuestros exitosos colegas, mentores y expertos, quienes nos han preparado y animado en nuestro camino hacia el MIT Bootcamp y después de él. Tras el examen final en forma de Concurso de Propuestas –que ganamos junto con otras 5 empresas polacas líderes–, nos encaminamos a Boston con un montón de motivos para celebrar.
Una vez en Boston, asistimos a talleres con los mejores expertos y profesionales de la industria, quienes habían vivido desde dentro el campo de batalla de los negocios y la tecnología, y compartieron con nosotros algunos errores frecuentes y buenas tácticas. La idea de La disciplina de emprender que seguimos desde que comenzara el programa de aceleración en Varsovia quedó mucho más clara al escuchar a su autor, el profesor Bill Aulet, quien planteó preguntas desafiantes y brindó numerosas ideas útiles.
Si tuviéramos que extraer una sola conclusión del viaje y del programa de aceleración en sí, sería la siguiente: el mejor inversor es un cliente que pague. En efecto, que alguien compre tu producto o servicio es la mejor confirmación de que estás haciendo algo útil y necesario para el mundo. Lo mejor que puedes hacer es centrarte en el producto, conocer bien a tu cliente y ser disciplinado a la hora de elegir las condiciones de arranque perfectas para tu negocio.
Este énfasis en las ventas, en encontrar un pequeño nicho de mercado que, con suerte, puedas conquistar gracias a un producto que encaje perfectamente con el cliente, resume perfectamente las mayores historias de éxito de la última década. Elon Musk irrumpió en los garajes de la clase alta eligiendo el segmento premium del mercado del automóvil con su Tesla Model S. Amazon, al elegir los libros como nicho de mercado, ganó rápidamente sus primeras batallas de mercado contra actores consolidados, quienes fueron incapaces de igualar la oferta y la velocidad de entrega (entre otras soluciones brillantes). Google creó el mejor buscador, un concepto tan simple como complicada es la tecnología necesaria para ejecutarlo, centrándose claramente en proporcionar resultados de búsqueda relevantes en décimas de segundo.
Aprender todas estas lecciones justo donde todo empezó, con las personas que ayudaron a desarrollar empresas pioneras en sus fases iniciales, fue simplemente impresionante. La unión hace la fuerza. Gracias a los lazos que hemos establecido y los grandes conocimientos técnicos que hemos asimilado, la experiencia no ha podido ser más enriquecedora.
Gracias a todos los organizadores y mentores que pusieron todo su tesón y empeño en ayudarnos a crecer:
Bogy Skowroński, Linda Plano, Elizabeth Dobrska, Magda Jabłońska, Evelyn Butchatsky, Nikki Borman, Jerry O’Conor, Babak Kia, Stas Gayshan, Bill Aulet, Christian Magel, Dimitri Steinberg, Michael Reilly, Mark Thirman, Adam de Sola Pool, Mircea Dincă, Krzysztof Gawrysiak and Łukasz Owczarek.